domingo, 27 de abril de 2008

Críticas sobre "Manolo Caracol. Cante y pasión"

A juzgar por el número de medios, tanto de radio, prensa, televisión e internet que se han dedicado a comentar este libro, creo que la expectación que despierta la figura de Caracol es muchísima. Sin embargo, aún resulta difícil en este proceloso y hasta anquilosado mundo del flamenco hacer una obra personal, no sólo en música, que eso ya lo saben los artistas, sino en literatura sobre flamenco. Algunas personas que han comentado el libro dicen que echan de menos más datos. Sin embargo, olvidan el objetivo del libro, el planteamiento y el estilo con el que ha sido realizado.
Podría haber incluido en el libro docenas de letras que cantaba Caracol, y así hubiera llenado cincuenta páginas más. También podría haber incluido una transcripción de todas las entrevistas que he manejado y que le hicieron a Caracol, otras cincuenta páginas. Pero no era ese el libro que quería escribir, no sólo porque su origen fuera un encargo para contraponer, en un mismo volumen a Mairena y Caracol, sino porque ese trabajo lo dejo a otros, personas que se dedican a buscar datos y a divulgarlos. Este libro no es una biografía de Caracol sino, como ha definido acertadamente el maestro Tico Medina, un "retrato". Un retrato es aquel cuyo autor esboza y realiza utilizando los elementos que mejor considera, es una muestra original del pensamiento que intenta arrojar luz sobre elementos que, quien escribe, ve como sustantivos. Pocos periodistas han reparado en que el libro está organizado sobre el número 3: tres capítulos con tres subcapítulos cada uno. Tampoco han reparado en que el cante y la poesía que introduce los textos tiene una clara conexión con su contenido. Tampoco han visto que se plantea una tesis concreta en relación con la historia de la ideología flamenca. En fin, no esperen una biografía al uso, no esperen una maraña de datos superpuestos, eso no me interesa. Me interesa escribir desde mí misma, igual que Caracol cantaba desde dentro. Por eso me gusta Caracol, porque era libre. Y yo soy libre de escribir como me parezca, porque, al fin y al cabo, no vivo de esto.

No hay comentarios: